
Estoy separada hace 7 meses; mi hijo vive conmigo y se queda con su padre los fines de semana. Mi ex marido está totalmente enganchado en una serie de cursos y seminarios que se dictan en M. Se encuentra con dificultades económicas y sin embargo prefiere pagar el siguiente seminario antes que pasar la cuota de alimentos a su hijo. El problema más importante no es este sino que él quiere que J, de 6 años también participe – se dan cursos para niños y adolescentes – Entonces decidí acompañarlo cuando terminó el primer curso; los egresados estaban todos con los ojos cerrados, se escuchaba de fondo la música de Diego Torres “Volver a empezar” y luego abrazaban a sus seres queridos algunos entre lágrimas y otros con una terrible excitación.
Mi temor es que se lo dañe psicológicamente ya que mi ex marido, desde que se enganchó con todo esto está inestable emocionalmente. Cuando me opuse me respondió que soy una pobre persona y que necesito ayuda. Realmente estoy desorientada.
¿Mi preocupación está enfundada o me estoy poniendo un poco paranoica? ¿Cómo me debo manejar para que esto no afecte a mi hijo?
Grupo dependencia:
1-“es más importante pagar el siguiente seminario que pasar la cuota alimentaria a su hijo”
2-“Cuando me opuse me respondió que soy una pobre persona y que necesito ayuda”.
3-“abrazaban a sus seres queridos algunos entre lágrimas y otros con una terrible excitación” – Dependencia inducida
4-El grupo, los cursos y seminarios que allí dictan son el centro de su vida.
Observaciones:
1-Acompañarlo al grupo no soluciona su dependencia.
2-Si el papá está “inestable emocionalmente” tal vez también lo demuestre con el niño.
3-“él quiere que J. de 6 años también participe”. Si el niño comparte estos espacios de “crecimiento personal” es probable que la carga sea muy pesada en pleno desarrollo y con la separación de sus padres a cuesta.
4-Si lo lleva a esos encuentros justamente los fines de semana que debieran compartir juntos, el niño tratará de asistir porque de otra forma no vería a su padre. Tal vez podrían cambiar días de encuentro para que ambos compartan el afecto que necesitan.
5-La identificación con el papá podría conducir al niño también a ser más vulnerable a ciertas emociones que observa en los encuentros.
6-Si la mamá considera que los cursos y seminarios pueden perjudicar el correcto desarrollo del niño, tiene derecho a impedir que asista. Si no llegan a un acuerdo, puede presentarse en la Dirección de niñez y adolescencia de su localidad y plantear sus temores.
Aclaración necesaria: El papá ya había consultado un psicoterapeuta antes de la separación.
Toda vez que un niño se vea implicado como protagonista en situaciones similares, recordemos que es menor, que tenemos deberes para con ellos y que ellos tienen derechos que en ocasiones olvidamos.
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