ASESORÍA

La Plata

Provincia de Buenos Aires

lunes, 8 de junio de 2009

La terapia de vidas pasadas, una pérdida de identidad

(Entrada original 28.05.09)

La experta argentina Mara Martinoli, responsable de la Asesoría para Grupodependientes (APG) de La Plata, acaba de escribir un nuevo artículo, titulado “Weiss y las otras conciencias”, en el que aborda de forma crítica, desde su perspectiva psicopedagógica la técnica tan difundida en la Nueva Era de la “terapia de vidas pasadas” de Brian Weiss, y que reproducimos a continuación.

Vivir eternamente, dentro de un cuerpo diferente (que en algún momento y de alguna forma fue nuestro cuerpo) como fuere, donde fuere, sin tiempos ni espacios, en esta dimensión o en otra, en apariencia podría considerarse ingenuo, infantil, casi irracional. Las vivencias que se evocan y se remontan a otras épocas (el nivel más profundo del conocimiento de sí mismo) explicarán y/o solucionarán cuanto nos hace padecer, transformaran la vida del hombre y procurarán al individuo una mejor salud del cuerpo y fundamentalmente del alma.

La conciencia se expande tanto (porque anduvo vaya a saber por dónde) que pierde su estricto sentido y así pierde también sentido la persona, que se cancela para dar lugar a una realidad más amplia. La omisión de la esencia lleva a la despersonalización porque el individuo no es, fue otro y otro y otros más; el “yo” deja de ser yo para ser muchos.

No padecemos, sólo ignoramos cuanto padecimos en otras vidas, cuanto un individuo sufre en otras vidas. Y las vidas anteriores padecieron por otras (porque no pudieron someterse a esta innovadora terapia). El padecimiento personificado en sí mismo es cuanto nos impide vivir la vida, por “transpersonal”, por no personal y porque invade al individuo en su historia actual, que ya no es producto del pasado de ese individuo sino de otros individuos pasados. Si tomamos conciencia de la propuesta, enloqueceríamos.

Nuevamente nos enfrentamos a un intento de pérdida de identidad; una forma muy sofisticada de masificación, para igualarnos subestimando la individualidad. La pérdida del sí mismo que esta corriente sostiene, es más preocupante que la aparente pérdida de identidad producto de la dependencia grupal. Podríamos observar una especie de relanzamiento del movimiento transpersonal, conjugado con una pizca de pseudo espiritismo que permite, a través de un viaje interior y exterior, solucionar trastornos psíquicos para satisfacer la esperanza de inmortalidad material.

¿Podría esta “técnica” explicar a través del sufrimiento de un pasado remoto el PTSD [trastorno de estrés postraumático] producto de conflictos bélicos o violaciones? Un sujeto que se enfrenta a la muerte ¿padece por situaciones vividas en otras épocas de la humanidad? ¿Significa que el TEPT [trastorno por estrés postraumático] producto de traumas bélicos modernos es resultado de vivencias similares en vidas pasadas? ¿Podrá enseñarnos cómo evitar el padecimiento en futuras experiencias traumatizantes para no recurrir más a terapias y superarnos en cada etapa histórica? ¿Puede aplicarse en caso de ideación suicida, depresión profunda o psicosis? ¿Correremos siempre detrás de la personalidad pasada obviando nuestra realidad actual, escudriñando qué sucedió muchos pero muchísimos años antes, cuando nosotros no éramos nosotros, sino otros?

Aunque en nuestra vida cotidiana somos muy limitados, esta técnica contradictoriamente intenta demostrar que nuestra capacidad de almacenaje es ilimitada. Y si padecimos más en otros tiempos, nuestra capacidad de superación es asombrosa; entonces la técnica no resultaría tan necesaria para sobrellevar las cargas.

Como la propuesta bien podría resultar inaceptable, deja abiertos interrogantes sin respuesta. No es extraño que ningún paciente haya vivido en personalidades de la historia que marcaron la humanidad (para bien o para mal); obviamente así permitiría una aproximación a la comprensión del fenómeno; pero la comprensión debe permanecer en lo inmediato para continuar aplicándola. Quienes emplean esta “terapia” expresan su necesidad de comprender, conocer más y encontrar “la explicación” a todo cuanto exploran, mostrando los propios agujeros negros (indescifrables e imposibles de comprobar).

Es probable que cuando se aproximen a la explicación, se desestime su validez y otro movimiento ofrecerá una nueva posibilidad al mundo de cuanto quiera oír. Si tan sólo promete solucionar simples conflictos de personalidad, será porque no es terapéutica; si no puede explicar cómo, no es científica; si se escuda en la ciencia para asombrar e imponerse como una nueva corriente de superación entonces, aunque la presente un psiquiatra, deja de ser psiquiátrica, ¿o no?

Subestima la capacidad natural de búsqueda del equilibrio e intenta acabar con el sentido de finitud del hombre que estará siempre presente, en un cuerpo u otro. La idea de endiosar al hombre al mismo tiempo que lo degrada es una combinación peligrosa. El conocimiento de sí mismo ahora se ve desplazado por aquella parte del “sí” que resulta inalcanzable por uno mismo; cuanto era nuestro “sí” ya no lo es y sólo accederemos a él con ayuda externa, con intermediarios, con guías, tal vez con médium para alcanzarlo y así sanarnos. ¿Acaso no es otra forma de dejar en manos ajenas la resolución de cuanto debe ser abordado, en responsabilidad, por nosotros?

¿Podrá comprobarse en algún momento el interjuego entre sincronía y diacronía conductual? Si nuestra conciencia ha sido diseminada por todos los tiempos, y continuará haciéndolo ¿Cuándo dejaremos de ser consecuencia de otros? Continuamos dentro de la misma polarización: nosotros – los otros, esos otros que ahora sí, pasan a ser “eternos desconocidos”.

Etevenon: “Llegamos a un punto de imposibilidad que reduce a la evolución…como aquel primer pez que, en la línea evolutiva se encontró desarrollando la respiración pulmonar…Tendidos al sol en la playa, seguimos bosquejando en lugar de desarrollar otra mirada, otra conciencia de la verdadera dimensión de la vida”.

Fuente: Boletín RIES 134 – 25.05.09
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1 comentario:

Marcela Gromadzyn dijo...

TERAPIA DE VIDAS PASADAS, QUE ES?


Algunos tienen la capacidad de decir quien fuiste en otra vida, otros, podrán ver vidas pasadas espontáneamente, porque tienen el don de ver. Pero ¿Para que sirve, por que necesitamos trabajar nuestra alma?
Solo debemos experimentar, revivir, esa vida pasada, por más dura que sea. Es la única manera de liberar esas emociones que afectan en esta encarnación. De lo contrario repetimos los mismos patrones de conducta, como fobia, angustia, tristeza, bronca, ira, problemas vinculares, económicos, etc.

Por ejemplo una mujer con problemas para elegir pareja, en esta vida, siempre recurre a tipos de hombre que la maltratan, la engañan, abusan, hasta la abandonan, etc. También puede que su padre haya hecho lo mismo con su madre.

Si buscamos el verdadero origen de donde se genero ese mandato, ese patrón de conducta, de malas elecciones, al tomar conciencia de aquella escena traumática de esa vida pasada, se descarta, limpia y así caducaran definitivamente todos esos pensamientos.

Si una persona sintió miedo en otra vida, volverlo a revivir, llorar y colocándose nuevamente en ese papel, como en una obra de teatro, solo así se libera, de esas energías viejas que impiden ser feliz.
Revivirlo es necesario, localizarlo en algún lugar del cuerpo, esa sensación, miedo, angustia, esa emoción así podrá liberarse, solo así.

Son energías que pueden venir de hace miles de años, así como se pueden ir en una sola sesión.
Atendamos a nuestras emociones, buscando el verdadero origen de donde vienen, antes de nacer. Ahí se desintegran esas energías solamente al hacerlas conscientes y dejarlas ir, con el perdón correspondiente a todos los involucrados.

Entonces todo lo que hicimos en vidas pasadas, encaja como un rompecabezas, en lo que hacemos en esta vida y lo que no podemos hacer.
Es todo un aprendizaje, es la lección que vinimos a aprender, por eso nos mandan a nacer nuevamente y también elegimos a nuestros padres, si tendremos una buena familia o sufriremos, padres abandonicos, de maltrato o amorosos.

Todo vuelve pero, si decides cambiar estas a tiempo a través de esta terapia, para sanear tu alma. Para que todo lo viejo que afecte tu vida se vaya y que seas feliz, como Dios quiere realmente que su hijo sea.
Es tu alma la que trabaja, no tu mente, ni tu ego, ni la razón. No hay interpretación ni juzgamiento.
Es muy importante revivir la muerte de otras vidas, sobre todo si fue una muerte traumática, no es igual morir en una cámara de gas, que alguien le atraviese un cuchillo, que morir en cama dormido. Esa muerte marcante puede traer algún tipo de fobia a esta vida. Como miedo a encender estufas o ver sangre, como al agua, si murió con un elemento cortante, en una batalla por ejemplo, atravesándole una espada, o tal vez se suicido arrojándose al agua.

Esta es una terapia breve, de pocas sesiones, todo depende de las vidas que cada alma necesite atravesar para liberar mandatos. Seguramente si alguien fue victima, mataron a algún ser querido, en esta vida, habrá que buscar, que sucedió antes, seguro hizo algo mal. Uno no entiende como le paso eso si es tan buena persona, pero eso es la ley de causa y efecto.

seguramente Hitler y los genocidas vendrán a sufrir, a unas cuantas vidas. o seguro ya volvieron. A veces uno se pregunta pobrecito ese niño nació enfermito, recordemos que todo es karma.
Al ir limpiando esas vidas, se siente totalmente renovado, liberado, tendrá otra mirada hacia la gente, con amor, perdón, tolerancia.

No se necesita buscar nada externo, ni soluciones mágicas afuera, todo esta dentro de cada cual. Si uno desea la verdadera felicidad y evolución, esta es la oportunidad. En esta era de acuario donde venimos más conscientes que nunca a aprender, solo debemos trabajar con el alma.

Lic. Marcela Gromadzyn
Licenciada en Psicopedagogía y Terapia de Vidas Pasadas, Discípula del Dr. Cabouli
www.Almaterapia.com.ar

"Himno por la Vida"

Música y letra:
Carlos Andrés Sánchez
(2010)

Estrofa (Sol M)
Tú pensabas que tu vida se acababa, que ahora todo terminaba, que no
estabas preparada…

Pero ahora es el momento, de afrontar el sufrimiento, gritando a los cuatro
vientos: ¡SÍ A LA VIDA!

Estribillo (Himno)
Comenzarás, a vivir una ilusión, y encontrarás, de repente una salida. Y por fin
empiezas a sonreír. Y te llenas de alegría.

Estrofa
No pensaste ya en tu vida, sí en la suya, que él te necesitaría... (música)
No sabías qué venía pero tú ya le querías, tu conciencia te decía: ¡SÍ A LA VIDA!

Estribillo
Comenzará, a brillar un nuevo sol, y surgirá, de la noche un nuevo día. Dices
sí, porque quieres ser feliz. Apuestas por la familia.

Parte intermedia
Empezaste a querer la nueva vida, lo quisiste compartir con los demás.
Encontraste pronto apoyo en CIDEVIDA. ¡Nunca antes has sentido nada igual!

Estribillo
Comenzará, a brillar un nuevo sol, y surgirá, de la noche un nuevo día. Dices
sí, porque quieres ser feliz. Apuestas por la familia.

Estribillo con modulación a la Lab M
Comenzará, a brillar un nuevo sol, y surgirá, de la noche un nuevo día. Y por
fin, sabes que es felicidad, ya dependes de la suya.

Convertirá, tu vida en una canción, su voz será, la más bella melodía, ahora sí,
sientes la felicidad. Cantaremos ¡Aleluya!

Y diremos: ¡SÍ A LA VIDA!

Para escuchar esta linda canción



Fuente: http://www.cidevida.org/
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CREYENTES, PERO NO TANTO

Las “verdades” que se creen, aunque no puedan demostrarse, para quien las cree, son adecuadamente enarboladas como verdaderas; para compensar la incapacidad de hacerlas verdad, el “creyente”, aunque sepa que son “falsas verdades”, para desmitificar inmediatamente lo que sabe que es realmente verdadero, pretenderá a su alrededor comportamientos y decisiones absolutas, concordantes con la creencia y caerá en la violencia. Este es el accionar de toda secta, el que caracteriza a la mirada sectaria, aquella que observará a las auténticas verdades, que jamás recurrirían a imposiciones violentas, como débiles, susceptibles y fáciles de ser debilitadas.

Esta supuesta complejidad que ocultan las sectas, es más simple de cuanto aparenta, porque no son “creencias” sino medios seudo creyentes que, instaurando desamor y desunión, montarán un arma efectiva para la destrucción del hombre, ese que recepciona, que se hace eco, por desorientado y acostumbrado a la incredulidad hacia aquello que reclama y urge por naturaleza. Porque sólo en inconciencia puede la fe violenta, la mala fe, la inauténtica, fruto del miedo a “des-velarse” en libertad de conciencia, ocupar un lugar usurpado a la verdad, desde donde el daño aísla de la realidad para que la verdad no pueda llegar. Si la “creencia sectaria”, tibia y burda creencia que no contiene fe, fuera verdadera no habría reducciones, ni tenencias de inconciencias.

Toda fe, inclusive la laica, se configura en conciencia, con una decisión que no podría ser utilizada si estuviera realmente amalgamada con la auténtica convicción que confirma, esa que no es producto de invasiones sensitivas, aprobaciones definitorias y definitivas que legitiman como bueno o malo según se accione o según indiquen los que imponen “la creencia”.

Si nos detuviéramos a reflexionar sobre este alcance, es probable que en algún momento consideremos que cada movimiento sectario es simultáneamente una oportunidad de refuerzo de la Verdad que, por auténtica, siempre correrá con ventaja. Sólo es necesario desglosar el mensaje y actuar desde su contrario, en conciencia para suplir ausencias y carencias que se diseminan por doquier.

El tiempo demostrará la verdadera diferencia, porque lo que es falso siempre es débil y se debilita ante la Verdad que, incontrovertible e inagotable, prescinde de banales demostraciones y por natura nos pertenece.

Los grupos sectarios marcan la diferencia por intolerantes, “creyendo” que es suya la última e indiscutible frase verdadera. Tal vez debiéramos darnos la oportunidad de estar más tiempo allí, donde la aparente creencia se vuelve indigna, hasta en la duda; creencia, fe y amor son irreductibles e incondicionales, no exigen, entregan.

Mara Martinoli

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"Creyentes...pero no tanto..." - Un cuento de Luis Landriscina:



Cuando se transita en espera

Quienes conocemos parte de la realidad, no sólo sabemos del dolor, nos duele el dolor del otro, ese desgarro que, un diálogo aún sin vía, cada día se transforma en desafío de esperanza. Y sufrimos aún más cuando pareciera no merecer ser escuchado, o cuando no poseemos las soluciones necesarias para derivar el reclamo porque nosotros, nos sensibilizamos.

Cuando un hijo transita por la desolación sectaria los padres desesperan hasta lograr la solución, saben que se puede, logran asesorarse, sentirse comprendidos, amparados, contenidos; podemos orientarlos, sugerirles, proponerles, ayudarlos; solidarizarnos con la situación, compartirla y encaminarla. Pero, ¿qué hacer, qué decir cuando fueron enredados por la manipulación, tan extremadamente sectaria que borra todo rastro? ¿Cómo cuando la decisión excede nuestro alcance y quienes podrían acceder hacen caso omiso de tan dolorosas realidades?

Cuando se hizo referencia a una Ley sobre trata de personas “me apersoné”, previa solicitud y confirmación de entrevista, más trayectoria, al despacho correspondiente del representante que impulsaba la iniciativa, suponiendo que pudo haberse incluido el accionar que nos compete. ¿O acaso no podríamos considerar que las personas sean “tratadas” o “maltratadas” dentro de grupos sectarios? Quizás esta “desaparición-evaporación de personas”, producto de fanáticas y partidarias maniobras, no entienda que el dolor no discrimina entre ideologías, burocracia o politiquería.

Si la solución fuera compartir la ideología del represente de”la idea”, se daría rienda libre a las sugerencias, si no se continuará omitiendo; confirmo entonces que solo hay derechos para quienes la ideología está por encima de todo Derecho; las personas somos más, mucho más que una tendencia, ideología, demostración o imposición; si así nos redujéramos nos conjugaríamos con la desintegración del tejido humano, desgarrando el alma. ¿Hay dolor más profundo? Golpeando puertas de despachos en constante y perseverante búsqueda de Derechos ignorados se puede observar que sería oportuno y necesario que se levantaran de los escritorios para contactarse con esa realidad que reclama, sin olvidar el lugar del otro.

Las familias implicadas sufren ausencias y omisiones, éstas por denuncias e interrogantes sin contestaciones. No son situaciones inventadas, más bien intencionalmente creadas.

Y ante tanto delirio incongruente, la fortaleza se hace más fuerte, no se abandona la esperanza de estrechar el afecto prolongado en la espera, sólo así se podrá creer que la inconmensurable fuerza del amor conducirá el objetivo, avalará la perseverancia y mantendrá vivo el deseo y el rencuentro que llegará; el mejor camino para sobrellevar las ausencias y depositar la confianza en otras manos. Este es el mensaje y fundamento del objetivo último en este accionar, el de de tantos anónimos que suelen decirnos “no sé donde está, pero sé que algún día me buscará”, un llamado que hacemos nuestro, que merece ser escuchado.

Las Fiestas se viven con presencias y ausencias; si no confiáramos, nos inundarían de desaliento, bajaríamos nuestros brazos. Más allá de intentar hacer un balance de cuanto hicimos, omitimos o pudimos haber hecho, nos ponen en contacto con la realidad, para contemplar el verdadero sentido de la vida; son sinónimo de Esperanza, sensibilización de lo insensible y recogimiento en “espera”.

Mara Martinoli

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El poder de la libertad



El hombre es una criatura libre, naturalmente dispuesto a serlo, pero ante la responsabilidad que la libertad implica, pareciera desorientarse, como si quisiera ser aquello que no es, como si quisiera huir de su condición desespera por elecciones que fascinan, inquietan y se pierden en la contradicción del juego; como si intentara librarse hasta del sentido de Dios.

Mientras no se encuentre su significación, mientras se mantenga el desencuentro, el hombre podría ser presa de cualquier movimiento o grupo que le prometiera “vivir libremente su condición”; podría ser víctima del oportunismo de la manipulación, que dominará condicionando y aprisionando el “proyecto hombre libre”, impidiendo encontrar cuanto ya fuera dado.

Actualmente observamos cómo los hombres parecieran más libres y a la vez, más incómodos con su libertad; tan incómodos que transitan por lugares comunes carentes de responsabilidad y empeño. Podríamos entonces afirmar que, en condiciones de desarrollo social considerado normal, el hombre no posee otro recurso que el de su libertad y por lo tanto, es el único responsable de perderla.

La libertad se construye con “sí” y con “no”, un juego que permite constituirse.

La importancia de la elección tiene entonces un carácter trascendental: requiere de actos que garanticen la consolidación y conservación “humanas”, para no empeñar la libertad a través de elecciones contrarias a su sentido que llevarán, paulatinamente al opuesto: la esclavitud. Cuando la libertad se pierde por elección, se pierde la dignidad de los actos naturalmente libres.

Cada libertad entregada alimenta la “libertad de acción” de los grupos sectarios que, fuera de toda opción por el bien, conforman una especie de “sectocracia del capital humano”, un desierto donde nunca tiene cabida la libertad. Incluirse en un grupo sectario es “servir” a quienes generalmente se sirven de lo religioso para esclavizar, disipando la existencia hasta desgarrarla, determinando el límite de cada libertad, un límite cada vez más marcado, tanto, que no conformará solo la pérdida de libertad. El límite natural no se impone desde fuera, lo fijamos libremente nosotros.

El hombre sólo podrá “servir al hombre” retomando el camino humanamente libre, para construir un futuro social que deje entre paréntesis a todo aquel que intente derrumbar este sentido; no a la inversa.

Las seudo religiones y los grupos sectarios no obtienen adhesiones por sí solos, cada hombre, tal vez habituado a una cultura de dependencias, percibe su libertad y decide.

Libertad: Facultad que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. (Diccionario de la Real Academia Española).

Refutamos admitir que las cosas pueden ser vistas en una luz distinta de aquella con la que ven nuestros propios ojos, porque esto nos obligaría a considerarlas y profundizarlas, y esto cuesta cierto esfuerzo, tal vez fatiga. Quien no lo haga, renuncia a vivir y se contenta con vegetar.- Indro Montanelli

Mara Martinoli

Ver: El equilibrio entre obediencia y libertad

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SABIDURÍA SOCIAL PARA ACCIONAR


Es una ardua tarea programar hoy para el futuro. Superados los tiempos en que podía diagramarse una etapa de estudio e investigación previa; las urgencias actuales, la invasión de las más variadas propuestas, el número creciente de todo tipo de adicciones y dependencias; marcan la necesidad de implementar programas abiertos que permitan simultáneamente: abordar, analizar e intervenir atendiendo parte de la multiplicidad de factores que, si se consideraran en forma independiente, caerían en la precariedad.

Es decir que, si intentamos tan sólo determinar consecuencias del accionar de algunos grupos en determinado contexto, perderíamos de vista el objetivo del trabajo: el hombre que padece. Si nos ocupamos exclusivamente en conocer cuántos y cómo son los grupos, no accionaríamos para restituir al individuo su más preciado bien: los afectos.

Por otro lado, cuando sepamos qué grupos actúan en determinada región, cuales podrían considerarse perjudiciales (por dependencia inducida), ya estaremos desactualizados; porque los grupos proliferan, cambian de denominación, de caras, de lugares de encuentro, de fundamentos. Es decir que la etapa de investigación previa no acabaría. Por ello todo accionar se implementa simultáneamente; toda instrumentación resultará ineficiente si en el campo de acción no nos permitimos reducir o impedir la dependencia a grupos pseudo religiosos, filosóficos, sectas, etc. Perderíamos tiempo valioso y las problemáticas aumentarían más allá de toda previsión.

Las alteraciones conductuales de los individuos grupo dependientes que, retoman con el tiempo su cotidianeidad, no siempre lo hacen porque encontraron explicaciones.

Si los recursos son escasos (y lamentablemente en el área social siempre lo son) entonces debemos emplear la infraestructura existente para accionar, para hacer prevención del riesgo, abordando la problemática en principio, desde el campo de las adicciones, redimensionando el área desde un concepto más amplio; con responsabilidad, prudencia y conocimiento para estar presentes desde el momento en que surgen las problemáticas. Entonces la intervención se legitima por sí misma.

No debemos fragmentar con visiones sectoriales, sino más bien integrar conocimientos, porque la dimensión de la problemática incluye directamente al hombre como unidad integrada e integradora.

Si comenzáramos a indagar asociaciones sospechando que detrás podría haber algún grupo de riesgo, dejaríamos de actuar en libertad. Y quienes intenten luchar contra ellos actuarían igual. Por otro lado, si se instalara en una región un observatorio a modo de Parlamento interreligioso se observarían las conductas de otras creencias no representadas en él ¿Y quién podría arrojar la primera piedra?

Toda vez que una acción se inicia a modo de lucha, la posibilidad real de acción se distorsiona; no se trata de luchar sino de respetar los legítimos derechos del hombre.

Para que las intervenciones no caigan en el vacío, se hace necesaria una redefinición de los nuevos actores, teniendo en cuenta que cada ciudadano es el mejor exponente de las necesidades sociales.

Sabemos de antemano que, toda previsión en el campo de la conducta humana se caracteriza por su limitación; también sabemos que el poder de transformación de la realidad exige intervenciones precisas.

La función del Estado es brindar las herramientas necesarias para revertir el deterioro social que lleva a muchos ciudadanos a refugiarse en el mundo de las dependencias, dentro del marco de un ambicioso proyecto que no enfrente sino que integre.

Se permitiría a sí mismo accionar con sabiduría social desde la percepción de la problemática, la prudencia para respetar la diferencia y la visión del verdadero valor de la vida; el compromiso directo con quienes intentan huir de su realidad también es búsqueda del bien común.

La dependencia grupal ya es una realidad, poco conocida, pero instaurada. Y nuestro futuro social, también depende de las dependencias individuales.

Mara Martinoli
(Para ver imagen de Buenos Aires nocturno en gran formato, picar sobre ella)

Ver también: La dialéctica entre lo público y lo privado

El grito que debemos ensamblar (¿por qué el Estado no da su apoyo?)

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PREGUNTAS SOBRE GRUPO DEPENDENCIA

Algunas preguntas frecuentes:

1 - ¿Se puede ser dependiente a un grupo y ser dependiente a sustancias al mismo tiempo?

Por supuesto, estaríamos frente a una polidependencia.

2- ¿Cuanto tiempo pasa para que una persona se vuelva dependiente a un grupo?

Depende de las características individuales y de las características del grupo; por ello hacemos siempre referencia a dependencia creada y dependencia inducida.

3- ¿Por qué genera conflictos la grupo dependencia?

Porque el sujeto que crea la dependencia gira su vida entorno a ella y el resto del mundo es visto como “enemigo”.

4- ¿Un niño pequeño puede ser dependiente?

Lo será si sus padres son dependientes también.

5- Un sujeto adicto a sustancias se reúne con su grupo terapéutico; una vez superada su adicción ¿Ese grupo puede generarle dependencia?

Los terapeutas que coordinan ese tipo de grupos saben bien cómo evitar la dependencia, es más son responsables de brindar las herramientas necesarias para la reinserción social.

6- ¿Ser TOC – trastorno obsesivo compulsivo – es lo mismo que ser grupo dependiente?

El trastorno obsesivo se caracteriza por la compulsión y repetición de conductas; si bien este podría ser un punto en común con la dependencia grupal, el primero es un trastorno psiquiátrico; el segundo es una adicción y por lo tanto el enfoque es diferente.

7 – Las reuniones semanales con grupos de amigos ¿Son dañinas?

Los amigos nunca pueden ser dañinos; si lo fueran dejarían de serlo. Recordemos que el sujeto grupo dependiente deja a sus amigos para ingresar a otro círculo.

8 – Mi hijo viste siempre de negro ¿Es una tendencia?

Podría serlo, pero si viste siempre de negro, se reúne con otrosjóvenes que también visten igual, frecuentan los mismo sitios, utilizan el mismo lenguaje y se identifica con figuras que lo inspiran, lo observaría para descartar que esté integrando alguna tribu urbana o algún otro grupo y por supuesto me acercaría más a él para dialogar y acompañar su educación y elección de vida.

9 - ¿Cómo me doy cuenta si soy grupo dependiente?

Si lo fueras, no estarías formulando la pregunta; la persona grupo dependiente no es conSciente de su dependencia hasta que el entorno lo orienta.

10 -¿Los encuentros filosóficos pueden crear dependencia?

Depende qué tipo de encuentros; algunos grupos que podríamos considerar sectarios, sí pueden generar dependencia: gnósticos, de control mental, interpretación de sueños, entre otros.

11 -¿Los síntomas son similares a los que consumen?

Como hemos visto en el ejemplo, en ocasiones los familiares y amigos piensan que el sujeto está consumiendo alguna sustancia y en realidad está consumiendo la toxicidad del grupo.

12 -¿Se podría relacionar esta problemática con las creencias religiosas?

Tiene una muy estrecha relación ya que se observan muchos casos de dependencia a grupos religiosos o pseudo religiosos.

13 -¿Cual es la diferencia entre dependencia tóxica y dependencia sin sustancias?

Muy buena pregunta, porque las dos son tóxicas para el individuo; cuando hay sustancia y cuando no la hay y el grupo actúa como sustancia. En ambas el individuo genera una adicción.

14 -¿Hay alguna edad que predisponga a ser grupo dependiente?

Podríamos considerar que el adolescente, por la etapa que atraviesa estaría más predispuesto; pero la realidad nos muestra que incluso en las últimas etapas de la vida un individuo puede generar dependencia a un grupo.

15 -¿Puede enloquecer el dependiente a grupos?

Dependen de qué consideremos “enloquecer”; si observamos las conductas de un sujeto grupo dependiente en ocasiones podríamos considerar que perdió el juicio (muchos papás piensan que sus hijos se volvieron locos); por otro lado si un individuo tiene una historia de vida conflictiva y no recibe contención ni orientación ante su dependencia puede llegar a la disociación.

16 -¿Los psiquiatras están al tanto de esta problemática?

En general no; por ello es importante insistir en que debe ser considerado tema de salud.

17 -¿Cuando el dependiente es menor puede intervenir la Justicia?

Siempre que un menor esté en riesgo o sus derechos se vean vulnerados debe intervenir la Justicia.

18 -¿Siempre existió la grupo dependencia?

No podría contestar esa pregunta; sí puedo afirmar que en estos últimos años muchos tomamos conciencia del daño que produce.

19 -¿El hombre o la mujer tiene más predisposición a la grupo dependencia?

Es indistinto, reitero que siempre depende de la trayectoria e historia personal.

20 -¿Qué tiene que ver la situación anímica de uno con esta dependencia?

En ocasiones, cuando una persona está desorientada, deprimida o pierde los objetivos de su vida, huye de la realidad generando la dependencia.

21 -¿Qué actividades pueden crear dependencia?

No hay actividades que por sí solas generen dependencia a grupos, sí actividades organizadas dentro de un grupo que logren seducir a un individuo.

22 -¿Donde puedo acudir ante esta circunstancia?

No hay organismos oficiales que brinden asesoramiento ante esta problemática. Es importante destacar que es uno de nuestros objetivos.

23 -¿Estar en estado de alerta previene?

Si somos padres, de alguna manera siempre debemos estar en alerta con nuestros hijos, y no sólo en este área; si somos docentes, también porque la educación no puede reducirse tan solo a la transmisión de conocimientos. En realidad nos previene siempre estar informados.

24 -¿Debo temer a este padecimiento?

No se trata de temer sino de saber y conocer.

25 -¿Por qué la APG?

Porque la APG intenta humildemente cubrir un bache que otros no cubren.

Mara Martinoli

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