ASESORÍA

La Plata

Provincia de Buenos Aires

sábado, 22 de noviembre de 2008

Pensar Malvinas - Casa de la Prov. de Buenos Aires, 02 de diciembre 2007

Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires
Dirección de Salud Mental
Programa Malvinas

"Pensar Malvinas", nombre con el que en mayo de 2005 tuvieron lugar
las II Jornadas organizadas por el Programa Malvinas, da paso a la publicación de los textos
para continuar intercambiando discursos y saberes, también con el lector.

Invitamos a la presentación de
“Pensar Malvinas: diálogo sobre una historia vigente”.

Comentarista: Lic. Carlos Brück

Lugar: Casa de la Provincia de Buenos Aires
Callao Nº 235 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires -
Fecha: 4 de diciembre de 2007.- 14.00 hs.

CONFIANZA
Mara Martinoli, Susana Colonna – Coordinadoras de Grupos del C.E.C.I.M. La Plata – Años 2002 al 2004

“Los desastres de origen humano se basan en una relación de crueldad, de crueldad humana, de destructividad colectiva sancionada socialmente que desgarra el tejido de la confianza humana - Dr. Chaim F. Shatan (1).

La confianza personal muchas veces se relaciona con las creencias con respecto a la naturaleza de la vida; y nuestras creencias nos afectan tanto a nosotros como a la forma en que nos relacionamos con los demás; por ello es importante tener conciencia de lo que creemos. Por otro lado creamos modelos de vida para ayudarnos a sentirnos seguros, sin advertir que la forma de sentirnos realmente confiados es estar seguros de nosotros mismos; la confianza es un acto personal. El Grupo permite crear un espacio para “volver a confiar”, implementando técnicas de trabajo que permitan contemplar la particularidad, punto de partida para obtener frutos de toda relación humana.

Sentimientos de inseguridad, miedos y ansiedad no sólo permanecen intactos mientras desconfío sino que siguen creciendo. Intentar que cada uno comprenda que no podemos vivir condicionados por aquello que fuimos y creemos que seguimos siendo (ya que no se puede funcionar desde una realidad que ya fue o desde la que será), reflexionar sobre el miedo, la culpa y la baja autoestima (tratando de descartar las mentiras que cada uno ha cosechado durante toda su vida), son los caminos que permitirán desarrollar la confianza.

En el trabajo grupal no se exige hablar de aquello que no se quiere pero sí se puede lograr que aquellos sentimientos que torturan puedan ser reemplazados, y es en esta instancia cuando libremente se expresa, se simboliza en forma verbal o escrita, intentando ordenar el diálogo interno para ponerse en contacto con cuanto dificulta vivir intensamente la vida. En extrema síntesis partimos de “la aceptación y el amor por sí mismo”.

Y entre tantos otros obstáculos, el compromiso del VG para asumir el trabajo fue uno de los más difíciles. No es suficiente saber “necesito ayuda” sino comprometerse a hacer algo; esta primera búsqueda otorga la convicción de saber que se puede, por lo tanto brinda confianza.

Es posible que resulte difícil confiar en los demás pero el grupo es la “imagen de la confianza”, en principio brindada por quien coordina con todo el sentido ético que implica, es decir, que se deposita la confianza en los valores del otro; en las relaciones humanas creer aquello que otras personas nos dicen no es contrario a nuestra dignidad. La contención misma que otorga la integración del grupo es una apertura de confianza: “confiaron en las actitudes de”. Tal vez pudieron observar características personales que permitieron lograr una “confianza mutua” en un acto auténticamente humano. Es fundamental destacar que un integrante puede perderla por un imprevisto ante el cual no se accione u opere como es esperado. Además, el conflicto también se genera cuando el objetivo se contrapone con el que el grupo busca. En otras palabras, confianza recíproca se logra a través de la verdad y esta lleva a la tranquilidad en la búsqueda de la paz interior; el grupo por sí mismo la brinda a través de la contención. Más allá de las imperfecciones que en el área de trabajo se presentan, confiábamos en nuestra técnica y esa confianza era absolutamente transmitida al grupo, permitiendo compartir así el aprendizaje en la implementación de la misma, ya que confiar en las propias actitudes, conductas y objetivos es saber que se puede depositar la confianza en el otro y ésta es la gran tarea y el objetivo último.

Podríamos agregar el siguiente interrogante. ¿La pérdida de la confianza es una característica más del TEPT o el resultado de tanta indiferencia?

Fausto combatió en Malvinas; fue uno de los integrantes del grupo que coordinamos en el C.E.C.I.M. La Plata. En apariencia transmitía una paz muy profunda creando un clima especial para trabajar con el grupo. Se acercó por curiosidad; intentaba saber para poder hacer, temía que se presentara una situación de crisis que pudiera llevar a un VG a un intento de suicidio ya que las cifras que se manejaban en los distintos centros eran realmente alarmantes. Cabe aclarar que esta era su primera experiencia para intentar revisar ciertas cuestiones de su pasado. En un libro que adquirió y leyó durante el primer tiempo de su post guerra marcó:

“Estamos de más incluso para nosotros mismos. Envejeceremos; algunos se adaptarán, otros se resignarán y la mayoría quedaremos absolutamente desamparados. Se escurrirán los años y, por fin, sucumbiremos… Tan solo ahora comprendo que tú eras un hombre como yo. Mientras yo lo ignore quizás pueda todavía olvidar, quizás el tiempo borre esta imagen. ..Somos fugitivos, huimos de nosotros mismos”
Refirió haber tenido episodios de flash-baks, sin saber de qué se trataba.

Desarrollaba con gran interés las actividades propuestas, especialmente las relacionadas con el conflicto bélico. Interfería cada trabajo en un intento de llamar la atención y/o impedir que otros pudieran elaborar conclusiones, especialmente cuando participaba su compañero de pozo y amigo personal. Solía anular y/o reemplazar una idea con otra. Trataba de definirse en la vida como “un hombre”; esa era la propia meta a conseguir. Sentía miedo de su propia imagen y de la que otros pudieran crearse de él; consideraba que el miedo era “el enemigo a vencer”. Su aparente enriquecimiento espiritual no impedía que culpas y angustia interfirieran su vida personal. Consumía alcohol; él mismo se consideraba un bebedor social, evadiendo de esa forma su propia realidad. Siempre decía “uno no se puede mostrar tal cual es”, “la sociedad es hipócrita porque tampoco se muestra tal cual es” y en un intento de evadir la culpa fue agregando anécdotas a las propias vivencias. La culpa que generó la vivencia bélica, derivada del enfrentamiento con la muerte y con el mal acrecentó otras.

En un intento de “dejar de huir” y poder llegar a conocerse más profundamente manifestó la necesidad de participar en el grupo por él, ya que los trabajos que desarrollaba permitieron que fuera descubriendo que durante muchos años había huido de “él mismo”.

Quiso demostrar que podía descifrar los conflictos de sus compañeros, porque consideraba que eran semejantes a los propios. Intentar compartir la creencia que todos sintieron y/o sienten lo mismo no es válido pues, cuando Fausto expresó “En esa trinchera he dejado aparte de mi equipo, todos mis 19 años, toda mi vida”, los demás integrantes del grupo se asombraron porque no consideraron que así fuera. “Todo lo que nosotros somos depende de lo vivido” (Sastre); no es posible que dos personas coincidan absolutamente en nada y paradójicamente, hay que entender que lo que nos pasa es un poco lo que le pasa a todos.

Durante el segundo año de trabajo expresó: “Uno descubre cosas que no quiere decir y la vergüenza también se deja de lado, como cuando te desnudás ante alguien; he descubierto gente en quien uno quiere apoyarse y recurrir. Esto de charlarlo en conjunto me gratifica”.

Si bien la guerra fue un hecho que marcó su vida, en el grupo inició el camino de recuperación de la propia confianza, camino que le permitirá volver a depositar la confianza en el otro. Por otro lado no debemos olvidar que los mecanismos comunes para tratar las amenazas son fundamentalmente cambiarse a sí mismo para eliminarlas o negar y/o deformar lo que está amenazando. El objetivo del grupo es “empezar a pensarnos”; no es una terapia grupal, ni un recetario para la detección de ciertos síntomas, aún menos un lugar donde clasificar determinadas características en común sino más bien, como es sabido, un punto de encuentro de necesidades, canalización de angustias y, fundamentalmente como todo grupo, de reunión para permitirse compartir aprendiendo o tal vez aprender compartiendo.

Los objetivos iniciales del trabajo fueron ampliamente superados y los logros obtenidos altamente satisfactorios; en algunos casos se produjo un estancamiento elegido pues cada uno decide su propio crecimiento personal. Esto permitiría seguir, en apariencia, en un mismo rol en el cual son permitidas muchas de las conductas y actitudes que de otra manera no podrían ser comprendidas. Todo individuo es libre de elegir perfeccionarse como meta de la propia existencia a través de actos libres que se conducen por valores particulares; no debemos olvidar que no hay nada más dramático que el auténtico crecimiento personal.

En los casos en que se observó aquella elección pudimos seguir avanzando a través de sus parejas. Nuestra experiencia en el trabajo con el Grupo de Mujeres de VG nos indica que están más dispuestas a provocar cambios positivos, en ellas mismas y en sus parejas; se convierten en el mejor referente del mismo, tal vez podría hacerse un replanteo, después de tantos años de sucedido el hecho traumático, poniendo el acento en quien convive con el VG, ya que es quien debió, debe y deberá lograr un reaprendizaje propio que llevará a una nueva acomodación del otro. Es una manera de abordaje diferente y el impacto del resultado es mayor al esperado.

(1) Dr. Chaim Shatan: Psiquiatra, Psicoanalista, Especialista en Terapias de Grupo, Antropología Aplicada, Historia Contemporánea, Psicología Social. Reconocido estudioso de las neurosis de guerra y de las víctimas de desastres producidos por el hombre, ha dado ponencias en todo el mundo sobre falsos conceptos de hombría y honor, enemigos, neurosis de combate, TETP, duelo en soldados, sexualización del combate, adicción a la guerra y al genocidio. En 1975-1980 creó el “Vietnam Veterans Working Groups” – VVWG.

CONCLUSIÓN

El expresar el duelo hace posible que las personas intenten volver a experimentar el sentimiento de confianza en otras personas y puedan empezar a reconstruir sus vidas más allá de la experiencia maladaptativa del estrés.

Es necesario reconstruir las unidades sociales de las que forman parte las personas para obtener un nuevo desarrollo de la confianza, especialmente si se trata de unidades formadas por personas que han compartido la misma experiencia. Ahí es donde se produce la simpatía” – Dr. Chaim F. Shatan

No intentemos brindarle a la gente soluciones que consideramos necesarias ni corramos a decir que necesitan ayuda, brindemos el espacio para que todos y cada uno se ayuden a sí mismos en la medida de sus propias posibilidades ya que continuamente escuchamos “Hay compañeros que no quieren hablar y sería interesante que se acercaran al grupo”.

En otras palabras, es iniciar movimientos de búsqueda de bienestar teniendo en cuenta la capacidad de transformación existente. Si de la buena calidad de vida se trata, de ella somos todos responsables.

Se recupera la confianza cuando ésta se deposita en quien coordina el trabajo de grupo y el resultado es la satisfacción de saber que hay alguien que está para ayudarnos, alguien que está cerca y en quien cada uno tiene que saber que contamos: ese alguien es uno mismo.

Si tenemos en cuenta que los pequeños grupos constituyen las unidades naturales de la sociedad, el grupo para los VG tiene una importancia extraordinaria ya que es allí donde puede lograrse nuevamente la confianza que luego será trasladada a la sociedad toda. Por lo tanto el grupo permitiría una primera experiencia en un nuevo acercamiento a la humanidad.

Observación: El interés y dedicación del Grupo de Mujeres fue muy especial; sin la motivación que produjo en nosotras, en algunas ocasiones hubiese sido difícil la continuación del Grupo de VG; a todas ellas GRACIAS.

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"Himno por la Vida"

Música y letra:
Carlos Andrés Sánchez
(2010)

Estrofa (Sol M)
Tú pensabas que tu vida se acababa, que ahora todo terminaba, que no
estabas preparada…

Pero ahora es el momento, de afrontar el sufrimiento, gritando a los cuatro
vientos: ¡SÍ A LA VIDA!

Estribillo (Himno)
Comenzarás, a vivir una ilusión, y encontrarás, de repente una salida. Y por fin
empiezas a sonreír. Y te llenas de alegría.

Estrofa
No pensaste ya en tu vida, sí en la suya, que él te necesitaría... (música)
No sabías qué venía pero tú ya le querías, tu conciencia te decía: ¡SÍ A LA VIDA!

Estribillo
Comenzará, a brillar un nuevo sol, y surgirá, de la noche un nuevo día. Dices
sí, porque quieres ser feliz. Apuestas por la familia.

Parte intermedia
Empezaste a querer la nueva vida, lo quisiste compartir con los demás.
Encontraste pronto apoyo en CIDEVIDA. ¡Nunca antes has sentido nada igual!

Estribillo
Comenzará, a brillar un nuevo sol, y surgirá, de la noche un nuevo día. Dices
sí, porque quieres ser feliz. Apuestas por la familia.

Estribillo con modulación a la Lab M
Comenzará, a brillar un nuevo sol, y surgirá, de la noche un nuevo día. Y por
fin, sabes que es felicidad, ya dependes de la suya.

Convertirá, tu vida en una canción, su voz será, la más bella melodía, ahora sí,
sientes la felicidad. Cantaremos ¡Aleluya!

Y diremos: ¡SÍ A LA VIDA!

Para escuchar esta linda canción



Fuente: http://www.cidevida.org/
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CREYENTES, PERO NO TANTO

Las “verdades” que se creen, aunque no puedan demostrarse, para quien las cree, son adecuadamente enarboladas como verdaderas; para compensar la incapacidad de hacerlas verdad, el “creyente”, aunque sepa que son “falsas verdades”, para desmitificar inmediatamente lo que sabe que es realmente verdadero, pretenderá a su alrededor comportamientos y decisiones absolutas, concordantes con la creencia y caerá en la violencia. Este es el accionar de toda secta, el que caracteriza a la mirada sectaria, aquella que observará a las auténticas verdades, que jamás recurrirían a imposiciones violentas, como débiles, susceptibles y fáciles de ser debilitadas.

Esta supuesta complejidad que ocultan las sectas, es más simple de cuanto aparenta, porque no son “creencias” sino medios seudo creyentes que, instaurando desamor y desunión, montarán un arma efectiva para la destrucción del hombre, ese que recepciona, que se hace eco, por desorientado y acostumbrado a la incredulidad hacia aquello que reclama y urge por naturaleza. Porque sólo en inconciencia puede la fe violenta, la mala fe, la inauténtica, fruto del miedo a “des-velarse” en libertad de conciencia, ocupar un lugar usurpado a la verdad, desde donde el daño aísla de la realidad para que la verdad no pueda llegar. Si la “creencia sectaria”, tibia y burda creencia que no contiene fe, fuera verdadera no habría reducciones, ni tenencias de inconciencias.

Toda fe, inclusive la laica, se configura en conciencia, con una decisión que no podría ser utilizada si estuviera realmente amalgamada con la auténtica convicción que confirma, esa que no es producto de invasiones sensitivas, aprobaciones definitorias y definitivas que legitiman como bueno o malo según se accione o según indiquen los que imponen “la creencia”.

Si nos detuviéramos a reflexionar sobre este alcance, es probable que en algún momento consideremos que cada movimiento sectario es simultáneamente una oportunidad de refuerzo de la Verdad que, por auténtica, siempre correrá con ventaja. Sólo es necesario desglosar el mensaje y actuar desde su contrario, en conciencia para suplir ausencias y carencias que se diseminan por doquier.

El tiempo demostrará la verdadera diferencia, porque lo que es falso siempre es débil y se debilita ante la Verdad que, incontrovertible e inagotable, prescinde de banales demostraciones y por natura nos pertenece.

Los grupos sectarios marcan la diferencia por intolerantes, “creyendo” que es suya la última e indiscutible frase verdadera. Tal vez debiéramos darnos la oportunidad de estar más tiempo allí, donde la aparente creencia se vuelve indigna, hasta en la duda; creencia, fe y amor son irreductibles e incondicionales, no exigen, entregan.

Mara Martinoli

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"Creyentes...pero no tanto..." - Un cuento de Luis Landriscina:



Cuando se transita en espera

Quienes conocemos parte de la realidad, no sólo sabemos del dolor, nos duele el dolor del otro, ese desgarro que, un diálogo aún sin vía, cada día se transforma en desafío de esperanza. Y sufrimos aún más cuando pareciera no merecer ser escuchado, o cuando no poseemos las soluciones necesarias para derivar el reclamo porque nosotros, nos sensibilizamos.

Cuando un hijo transita por la desolación sectaria los padres desesperan hasta lograr la solución, saben que se puede, logran asesorarse, sentirse comprendidos, amparados, contenidos; podemos orientarlos, sugerirles, proponerles, ayudarlos; solidarizarnos con la situación, compartirla y encaminarla. Pero, ¿qué hacer, qué decir cuando fueron enredados por la manipulación, tan extremadamente sectaria que borra todo rastro? ¿Cómo cuando la decisión excede nuestro alcance y quienes podrían acceder hacen caso omiso de tan dolorosas realidades?

Cuando se hizo referencia a una Ley sobre trata de personas “me apersoné”, previa solicitud y confirmación de entrevista, más trayectoria, al despacho correspondiente del representante que impulsaba la iniciativa, suponiendo que pudo haberse incluido el accionar que nos compete. ¿O acaso no podríamos considerar que las personas sean “tratadas” o “maltratadas” dentro de grupos sectarios? Quizás esta “desaparición-evaporación de personas”, producto de fanáticas y partidarias maniobras, no entienda que el dolor no discrimina entre ideologías, burocracia o politiquería.

Si la solución fuera compartir la ideología del represente de”la idea”, se daría rienda libre a las sugerencias, si no se continuará omitiendo; confirmo entonces que solo hay derechos para quienes la ideología está por encima de todo Derecho; las personas somos más, mucho más que una tendencia, ideología, demostración o imposición; si así nos redujéramos nos conjugaríamos con la desintegración del tejido humano, desgarrando el alma. ¿Hay dolor más profundo? Golpeando puertas de despachos en constante y perseverante búsqueda de Derechos ignorados se puede observar que sería oportuno y necesario que se levantaran de los escritorios para contactarse con esa realidad que reclama, sin olvidar el lugar del otro.

Las familias implicadas sufren ausencias y omisiones, éstas por denuncias e interrogantes sin contestaciones. No son situaciones inventadas, más bien intencionalmente creadas.

Y ante tanto delirio incongruente, la fortaleza se hace más fuerte, no se abandona la esperanza de estrechar el afecto prolongado en la espera, sólo así se podrá creer que la inconmensurable fuerza del amor conducirá el objetivo, avalará la perseverancia y mantendrá vivo el deseo y el rencuentro que llegará; el mejor camino para sobrellevar las ausencias y depositar la confianza en otras manos. Este es el mensaje y fundamento del objetivo último en este accionar, el de de tantos anónimos que suelen decirnos “no sé donde está, pero sé que algún día me buscará”, un llamado que hacemos nuestro, que merece ser escuchado.

Las Fiestas se viven con presencias y ausencias; si no confiáramos, nos inundarían de desaliento, bajaríamos nuestros brazos. Más allá de intentar hacer un balance de cuanto hicimos, omitimos o pudimos haber hecho, nos ponen en contacto con la realidad, para contemplar el verdadero sentido de la vida; son sinónimo de Esperanza, sensibilización de lo insensible y recogimiento en “espera”.

Mara Martinoli

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El poder de la libertad



El hombre es una criatura libre, naturalmente dispuesto a serlo, pero ante la responsabilidad que la libertad implica, pareciera desorientarse, como si quisiera ser aquello que no es, como si quisiera huir de su condición desespera por elecciones que fascinan, inquietan y se pierden en la contradicción del juego; como si intentara librarse hasta del sentido de Dios.

Mientras no se encuentre su significación, mientras se mantenga el desencuentro, el hombre podría ser presa de cualquier movimiento o grupo que le prometiera “vivir libremente su condición”; podría ser víctima del oportunismo de la manipulación, que dominará condicionando y aprisionando el “proyecto hombre libre”, impidiendo encontrar cuanto ya fuera dado.

Actualmente observamos cómo los hombres parecieran más libres y a la vez, más incómodos con su libertad; tan incómodos que transitan por lugares comunes carentes de responsabilidad y empeño. Podríamos entonces afirmar que, en condiciones de desarrollo social considerado normal, el hombre no posee otro recurso que el de su libertad y por lo tanto, es el único responsable de perderla.

La libertad se construye con “sí” y con “no”, un juego que permite constituirse.

La importancia de la elección tiene entonces un carácter trascendental: requiere de actos que garanticen la consolidación y conservación “humanas”, para no empeñar la libertad a través de elecciones contrarias a su sentido que llevarán, paulatinamente al opuesto: la esclavitud. Cuando la libertad se pierde por elección, se pierde la dignidad de los actos naturalmente libres.

Cada libertad entregada alimenta la “libertad de acción” de los grupos sectarios que, fuera de toda opción por el bien, conforman una especie de “sectocracia del capital humano”, un desierto donde nunca tiene cabida la libertad. Incluirse en un grupo sectario es “servir” a quienes generalmente se sirven de lo religioso para esclavizar, disipando la existencia hasta desgarrarla, determinando el límite de cada libertad, un límite cada vez más marcado, tanto, que no conformará solo la pérdida de libertad. El límite natural no se impone desde fuera, lo fijamos libremente nosotros.

El hombre sólo podrá “servir al hombre” retomando el camino humanamente libre, para construir un futuro social que deje entre paréntesis a todo aquel que intente derrumbar este sentido; no a la inversa.

Las seudo religiones y los grupos sectarios no obtienen adhesiones por sí solos, cada hombre, tal vez habituado a una cultura de dependencias, percibe su libertad y decide.

Libertad: Facultad que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. (Diccionario de la Real Academia Española).

Refutamos admitir que las cosas pueden ser vistas en una luz distinta de aquella con la que ven nuestros propios ojos, porque esto nos obligaría a considerarlas y profundizarlas, y esto cuesta cierto esfuerzo, tal vez fatiga. Quien no lo haga, renuncia a vivir y se contenta con vegetar.- Indro Montanelli

Mara Martinoli

Ver: El equilibrio entre obediencia y libertad

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SABIDURÍA SOCIAL PARA ACCIONAR


Es una ardua tarea programar hoy para el futuro. Superados los tiempos en que podía diagramarse una etapa de estudio e investigación previa; las urgencias actuales, la invasión de las más variadas propuestas, el número creciente de todo tipo de adicciones y dependencias; marcan la necesidad de implementar programas abiertos que permitan simultáneamente: abordar, analizar e intervenir atendiendo parte de la multiplicidad de factores que, si se consideraran en forma independiente, caerían en la precariedad.

Es decir que, si intentamos tan sólo determinar consecuencias del accionar de algunos grupos en determinado contexto, perderíamos de vista el objetivo del trabajo: el hombre que padece. Si nos ocupamos exclusivamente en conocer cuántos y cómo son los grupos, no accionaríamos para restituir al individuo su más preciado bien: los afectos.

Por otro lado, cuando sepamos qué grupos actúan en determinada región, cuales podrían considerarse perjudiciales (por dependencia inducida), ya estaremos desactualizados; porque los grupos proliferan, cambian de denominación, de caras, de lugares de encuentro, de fundamentos. Es decir que la etapa de investigación previa no acabaría. Por ello todo accionar se implementa simultáneamente; toda instrumentación resultará ineficiente si en el campo de acción no nos permitimos reducir o impedir la dependencia a grupos pseudo religiosos, filosóficos, sectas, etc. Perderíamos tiempo valioso y las problemáticas aumentarían más allá de toda previsión.

Las alteraciones conductuales de los individuos grupo dependientes que, retoman con el tiempo su cotidianeidad, no siempre lo hacen porque encontraron explicaciones.

Si los recursos son escasos (y lamentablemente en el área social siempre lo son) entonces debemos emplear la infraestructura existente para accionar, para hacer prevención del riesgo, abordando la problemática en principio, desde el campo de las adicciones, redimensionando el área desde un concepto más amplio; con responsabilidad, prudencia y conocimiento para estar presentes desde el momento en que surgen las problemáticas. Entonces la intervención se legitima por sí misma.

No debemos fragmentar con visiones sectoriales, sino más bien integrar conocimientos, porque la dimensión de la problemática incluye directamente al hombre como unidad integrada e integradora.

Si comenzáramos a indagar asociaciones sospechando que detrás podría haber algún grupo de riesgo, dejaríamos de actuar en libertad. Y quienes intenten luchar contra ellos actuarían igual. Por otro lado, si se instalara en una región un observatorio a modo de Parlamento interreligioso se observarían las conductas de otras creencias no representadas en él ¿Y quién podría arrojar la primera piedra?

Toda vez que una acción se inicia a modo de lucha, la posibilidad real de acción se distorsiona; no se trata de luchar sino de respetar los legítimos derechos del hombre.

Para que las intervenciones no caigan en el vacío, se hace necesaria una redefinición de los nuevos actores, teniendo en cuenta que cada ciudadano es el mejor exponente de las necesidades sociales.

Sabemos de antemano que, toda previsión en el campo de la conducta humana se caracteriza por su limitación; también sabemos que el poder de transformación de la realidad exige intervenciones precisas.

La función del Estado es brindar las herramientas necesarias para revertir el deterioro social que lleva a muchos ciudadanos a refugiarse en el mundo de las dependencias, dentro del marco de un ambicioso proyecto que no enfrente sino que integre.

Se permitiría a sí mismo accionar con sabiduría social desde la percepción de la problemática, la prudencia para respetar la diferencia y la visión del verdadero valor de la vida; el compromiso directo con quienes intentan huir de su realidad también es búsqueda del bien común.

La dependencia grupal ya es una realidad, poco conocida, pero instaurada. Y nuestro futuro social, también depende de las dependencias individuales.

Mara Martinoli
(Para ver imagen de Buenos Aires nocturno en gran formato, picar sobre ella)

Ver también: La dialéctica entre lo público y lo privado

El grito que debemos ensamblar (¿por qué el Estado no da su apoyo?)

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PREGUNTAS SOBRE GRUPO DEPENDENCIA

Algunas preguntas frecuentes:

1 - ¿Se puede ser dependiente a un grupo y ser dependiente a sustancias al mismo tiempo?

Por supuesto, estaríamos frente a una polidependencia.

2- ¿Cuanto tiempo pasa para que una persona se vuelva dependiente a un grupo?

Depende de las características individuales y de las características del grupo; por ello hacemos siempre referencia a dependencia creada y dependencia inducida.

3- ¿Por qué genera conflictos la grupo dependencia?

Porque el sujeto que crea la dependencia gira su vida entorno a ella y el resto del mundo es visto como “enemigo”.

4- ¿Un niño pequeño puede ser dependiente?

Lo será si sus padres son dependientes también.

5- Un sujeto adicto a sustancias se reúne con su grupo terapéutico; una vez superada su adicción ¿Ese grupo puede generarle dependencia?

Los terapeutas que coordinan ese tipo de grupos saben bien cómo evitar la dependencia, es más son responsables de brindar las herramientas necesarias para la reinserción social.

6- ¿Ser TOC – trastorno obsesivo compulsivo – es lo mismo que ser grupo dependiente?

El trastorno obsesivo se caracteriza por la compulsión y repetición de conductas; si bien este podría ser un punto en común con la dependencia grupal, el primero es un trastorno psiquiátrico; el segundo es una adicción y por lo tanto el enfoque es diferente.

7 – Las reuniones semanales con grupos de amigos ¿Son dañinas?

Los amigos nunca pueden ser dañinos; si lo fueran dejarían de serlo. Recordemos que el sujeto grupo dependiente deja a sus amigos para ingresar a otro círculo.

8 – Mi hijo viste siempre de negro ¿Es una tendencia?

Podría serlo, pero si viste siempre de negro, se reúne con otrosjóvenes que también visten igual, frecuentan los mismo sitios, utilizan el mismo lenguaje y se identifica con figuras que lo inspiran, lo observaría para descartar que esté integrando alguna tribu urbana o algún otro grupo y por supuesto me acercaría más a él para dialogar y acompañar su educación y elección de vida.

9 - ¿Cómo me doy cuenta si soy grupo dependiente?

Si lo fueras, no estarías formulando la pregunta; la persona grupo dependiente no es conSciente de su dependencia hasta que el entorno lo orienta.

10 -¿Los encuentros filosóficos pueden crear dependencia?

Depende qué tipo de encuentros; algunos grupos que podríamos considerar sectarios, sí pueden generar dependencia: gnósticos, de control mental, interpretación de sueños, entre otros.

11 -¿Los síntomas son similares a los que consumen?

Como hemos visto en el ejemplo, en ocasiones los familiares y amigos piensan que el sujeto está consumiendo alguna sustancia y en realidad está consumiendo la toxicidad del grupo.

12 -¿Se podría relacionar esta problemática con las creencias religiosas?

Tiene una muy estrecha relación ya que se observan muchos casos de dependencia a grupos religiosos o pseudo religiosos.

13 -¿Cual es la diferencia entre dependencia tóxica y dependencia sin sustancias?

Muy buena pregunta, porque las dos son tóxicas para el individuo; cuando hay sustancia y cuando no la hay y el grupo actúa como sustancia. En ambas el individuo genera una adicción.

14 -¿Hay alguna edad que predisponga a ser grupo dependiente?

Podríamos considerar que el adolescente, por la etapa que atraviesa estaría más predispuesto; pero la realidad nos muestra que incluso en las últimas etapas de la vida un individuo puede generar dependencia a un grupo.

15 -¿Puede enloquecer el dependiente a grupos?

Dependen de qué consideremos “enloquecer”; si observamos las conductas de un sujeto grupo dependiente en ocasiones podríamos considerar que perdió el juicio (muchos papás piensan que sus hijos se volvieron locos); por otro lado si un individuo tiene una historia de vida conflictiva y no recibe contención ni orientación ante su dependencia puede llegar a la disociación.

16 -¿Los psiquiatras están al tanto de esta problemática?

En general no; por ello es importante insistir en que debe ser considerado tema de salud.

17 -¿Cuando el dependiente es menor puede intervenir la Justicia?

Siempre que un menor esté en riesgo o sus derechos se vean vulnerados debe intervenir la Justicia.

18 -¿Siempre existió la grupo dependencia?

No podría contestar esa pregunta; sí puedo afirmar que en estos últimos años muchos tomamos conciencia del daño que produce.

19 -¿El hombre o la mujer tiene más predisposición a la grupo dependencia?

Es indistinto, reitero que siempre depende de la trayectoria e historia personal.

20 -¿Qué tiene que ver la situación anímica de uno con esta dependencia?

En ocasiones, cuando una persona está desorientada, deprimida o pierde los objetivos de su vida, huye de la realidad generando la dependencia.

21 -¿Qué actividades pueden crear dependencia?

No hay actividades que por sí solas generen dependencia a grupos, sí actividades organizadas dentro de un grupo que logren seducir a un individuo.

22 -¿Donde puedo acudir ante esta circunstancia?

No hay organismos oficiales que brinden asesoramiento ante esta problemática. Es importante destacar que es uno de nuestros objetivos.

23 -¿Estar en estado de alerta previene?

Si somos padres, de alguna manera siempre debemos estar en alerta con nuestros hijos, y no sólo en este área; si somos docentes, también porque la educación no puede reducirse tan solo a la transmisión de conocimientos. En realidad nos previene siempre estar informados.

24 -¿Debo temer a este padecimiento?

No se trata de temer sino de saber y conocer.

25 -¿Por qué la APG?

Porque la APG intenta humildemente cubrir un bache que otros no cubren.

Mara Martinoli

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